jueves, 27 de enero de 2011

ROSSIFUMI, VALENTINIK, THE DOCTOR...

Hace tiempo que llevaba pensando en escribir un post sobre la historia del que es uno de los más grandes pilotos que han pisado un circuito, pero entre el jaleo de la temporada y otras obligaciones menos placenteras, no veía tiempo de dedicarle un post a este genial piloto.
Aunque intento ser lo más imparcial posible, lo cierto es que Rossi es mi piloto preferido. Y lo es desde siempre, desde el 96, cuando le vi ganar en Brno con una Aprilia, digamos semi-oficial, y aunque os parezca una tontería, hacer un caballito. Ahí me ganó. Fue el primer piloto al que le vi celebrar de esa manera una victoria con las pequeñas 125cc, y desde entonces no ha dejado de sorprenderme. Siempre ha sido de lo más original celebrando sus victorias, sus 105 victorias, que se dice pronto. Además, es de los pocos pilotos que no te deja indiferente, cae simpático haga lo que haga (y eso que no siempre hace las cosas bien, y si no que se lo digan a Sete en Jerez 2005). Pero vayamos por partes.

De su etapa con las 125cc, en los dos años que estuvo, ganó 12 carreras y el titulo mundial en 1997. Fue en ese año donde ya con una Aprilia oficial arrasó y empezó a divertirse y divertirnos con unas celebraciones de lo más originales, como el colocarse a la espalda un enorme “uno” cuando se proclamó campeón.
El año 1998 debió de ser el primer título de Rossi en 250cc. Tras un inicio bastante duro en la nueva categoría, con muchas caídas, llegó a final de temporada con claras opciones de titulo. Si en la polémica carrera de Argentina que cerraba el campeonato, Capirossi hubiera sido descalificado del mundial por arrollar al señor Harada, Valentino hubiera ganado por dos puntos el campeonato a la primera. Al final a Loris solo le quitaron los puntos de esa carrera, y Tetsuya vió como le mangoneaban vilmente el titulo. Al año siguiente, Rossi no perdona y se hace con el título, dando el salto a la categoría reina para pilotar la que para él era la moto más bonita del mundo, la NSR 500.
En el 2000, Rossi ganó un par de carreras, y a pesar de las numerosas caídas que sufrió, logró el subcampeonato por detrás de Kenny Roberts jr.
Pero fue el 2001 (otro año impar) cuando Rossi arrasó en la última temporada de las 2 tiempos. Ganó 11 carreras, igualando el record de Giacomo Agostini, y sufrió junto a Colin Edwards para llevarse las 8 horas de Suzuka (que siempre ha sido la carrera más importante para los japoneses de Honda) en una infernal carrera bajo la lluvia.
Ya en 2002 y 2003, y con la implantación de las 4T, no hubo quien parara a Valentino. Ni Biaggi, ni Sete, ni el malogrado Katoh, pudieron con el italiano. Se quedó sin retos en Honda. Y que encima le dijeran que ganaba la moto y no el piloto provocó la decisión más controvertida de su carrera.
Para el año 2004, ficharía por Yamaha.
La Yamaha no era una moto ganadora. Todo el paddock sabía que si no llevabas una Honda no hacías nada en MotoGp. ¿Todos? No. Tanto él, como Burguess apostaron por un desafío. Conseguir en un solo invierno hacer competitiva la Yamaha. Y lo lograron, vaya si lo lograron. La primera carrera de Rossi con Yamaha en Sudáfrica, fue la confirmación de que no se habían equivocado. Muchos pensábamos (entre los que me incluyo) que se equivocó con el cambio. Que no ganaría tan fácil con la Yamaha. Y no fue fácil, pero en sus manos, lo hizo fácil. La famosa imagen de Rossi sentado al lado de su Yamaha nada más acabar la carrera hacia pensar que lloraba por lo que había hecho. Pero en su biografía confiesa que no lloraba, se descojonaba de risa pensando en lo que había dejado escapar Honda. Al mejor piloto de todos los tiempos. Tras dos años llenos de éxitos en Yamaha (2004 y 2005), llegaron los dos años de sequia.
En la pretemporada del 2006, Rossi coquetea con la posibilidad de irse a Ferrari. Unas pruebas con los monoplazas italianos en las que no lo hace nada mal, le abren las puertas de un nuevo reto. Finalmente, y tras rechazar una impresionante oferta de Ducati, Rossi continua en Yamaha. Sin embargo, múltiples problemas (caídas, roturas de motor) hacen que el campeonato se lo lleve Nicky Hayden para sorpresa de muchos, ya que el americano no contaba entre los favoritos. Al año siguiente, Stoner deslumbra a todo el mundo haciendo una temporada espectacular con la Ducati, dejando atrás su fama de destroza motos. Los malos resultados que cosecha el italiano durante la temporada, hacen que incluso pierda el subcampeonato con Dani Pedrosa.
Pero en el año 2008 regresa el campeón. Consigue que su Yamaha monte por fin los ansiados neumáticos Bridgestone (una de las cosas a las que achaca la gran temporada de Stoner el año anterior) y con un compañero de equipo que no le iba a poner las cosas fáciles. Lorenzo subía de categoría con el título de 250cc bajo el brazo y con una juventud y descaro que hacen que para Rossi lo primero sea derrotar a su propio compañero de box. Tarda tres carreras en conseguir subir a lo más alto del podio, y cuando por fin lo hace, encadena tres victorias que le hacen estar en la lucha por el título nuevamente. Además, en Francia, tiene uno de los gestos más bonitos con uno de sus mayores fans. Al lograr su victoria numero 90 e igualar al gran Ángel Nieto, le sube a su Yamaha y dan una histórica vuelta de celebración. Después, llegaría la carrera que marcó el campeonato. Laguna Seca y su sacacorchos sacaron el lado más polémico y a la vez genial del astro italiano. En una maniobra al límite, saliendo incluso a la arena, consigue pasar a Casey Stoner y ganar la carrera. Ahí marca un punto de inflexión con el que mina la moral de su rival de Ducati. Además, en Japón consigue su victoria 70 en la categoría reina, superando el record de Giacomo Agostini, y se proclama campeón por octava vez.
En 2009 se encuentra con un Jorge Lorenzo que le pone las cosas difíciles desde la primera carrera. Esta ha sido sin duda una de las temporadas más emocionantes, ya que durante todo el año estuvieron peleando el campeonato. De aquí nos quedamos con el adelantamiento de Rossi en Montmeló, en la última curva de la última vuelta, en un hueco que parecía imposible. En Assen conseguiría la victoria número 100 de su carrera, celebrándolo con un enorme mosaico con fotos de todas sus victorias. Pero también tuvo errores graves, como la caída de Indianápolis. Si, la de las orejas de burro. Finalmente, en Malasia se proclamó por novena vez campeón del mundo y celebró que las gallinas viejas aún pueden hacer un buen caldo, ya que durante todo el año había tenido que escuchar que estaba muy mayor ya para MotoGp.
Pero sin ninguna duda, el 2010 ha sido el peor año para Rossi en los 15 años que lleva en el mundial. A pesar de ganar la carrera inaugural en Qatar, se veía que Lorenzo no iba a ponerle nada fácil las cosas, y en Mugello llegó su primera lesión grave. Intentando hacer tiempos se fue al suelo y se partió la tibia y el peroné, con lo que decía adiós a un montón de carreras. Milagrosamente y gracias a unos tratamientos de recuperación en cámara hiperbárica, reaparece tan solo tres grandes premios después, ayudado por una muleta para caminar, pero no consigue recuperar el ritmo hasta casi Malasia, donde su victoria pasa casi inadvertida al lograr su compañero de equipo el título mundial. Se da la curiosa circunstancia que esta fue su victoria número 46 con la marca de los diapasones, y en Valencia, el último gran premio del año, da su última vuelta con su querida M1, esa Yamaha a la que hizo campeona casi de la nada y que le dio su amor durante 7 años.
Este año se enfrenta al mayor reto de su carrera. Con 31 años ha fichado por Ducati y espera hacer felices a millones de “tifossis” logrando un título mundial a lomos de la marca italiana. Si lo consigue, no solo derrotaría nuevamente a los que piensan que sin Yamaha no será nada (los mismos que pensaron que sin Honda estaría atrás…), sino que se convertiría en el primer piloto que consigue ganar un mundial en la categoría reina con tres marcas distintas. Las victorias de Agostini están lejos, pero no dudo de que la carrera de Malasia 2010 no habrá sido la última carrera que ha ganado. Que ganas de que empiece ya el espectáculo…