En 125cc vimos una típica carrera de grupo. Tras unas primeras vueltas de tanteo, se formó un grupo de cinco pilotos en el que se veía que Julián Simón no iba a poder luchar por la victoria. El líder del campeonato a duras penas podía seguir el ritmo que iban marcando Terol, Corsi o Espargaró. Al final fue este último el que tras ponerse líder a falta de pocas vueltas consiguió la victoria. Pol logró en Indianápolis la victoria que se le resistía desde hacia tiempo. Un tipo que cae bien este Pol. Recuerdo que le vi hace un par de años en Montmeló luchando con una moto inferior y dándolo todo frente a su público. Al menos se le ve siempre con una sonrisa pase lo que pase. Como Bautista, que como no mejore las salidas va a ver como se le escapa por segundo año el mundial que todos pensábamos que era suyo. La carrera de 250cc no tuvo mucha historia. Simoncelli controlo de principio a fin y cuando quiso se fue. A pesar de que Aoyama intentaba seguirle, no pudo con el italiano, que ha vuelto a meterse en el lio por el mundial. Y a poco que de algo de lucha (ya sabemos como es el “pelocho” en el cuerpo a cuerpo), mucho me temo que vamos a llegar a Valencia con el mundial por decidir. Tras ellos llegó Álvaro, que al menos hizo podio y no dejó que el japonés aumentara mucho su ventaja.
Pero lo gordo llegó en MotoGp. Tras la exhibición de Dani en todos los entrenos, y sabiendo como son sus fulgurantes salidas, yo no creía que fuera a tener mucha historia la carrera. Pero Dani también es humano. Pocas, muy pocas veces, Pedrosa se equivoca en carrera. Y sobre todo cuando tiene la moto como él quiere. Ahí es imbatible. No creo que se cayera porque Rossi le presionaba, eso ya lo había vivido antes. Sencillamente no consiguió cambiar la moto de dirección con esa manera rápida y seca que le hacía ir tan rápido en esa zona. Lástima que se le parara la moto, ya que seguro que podía haber estado más arriba si no pierde tanto tiempo. Pero si rara fue la caída de Dani, la de Valentino es la leche. Ni el mismo sabía porque la moto le llevó al suelo. ¿Un bache? ¿Zona sucia? ¿Bloqueo incontrolado de la rueda delantera? El italiano no suele buscar excusas, pero se le veía buscando una explicación con sus mecánicos y la telemetría. El caso es que le dio emoción a un mundial que la tenia perdida, que va a hacer que se tenga que volver a esforzar en luchar todas las carreras que quedan, porque el “Capitán América” Lorenzo no le va a dejar ni un respiro. Los dos dependen de sí mismos para ganar el título. Rossi ya perdió uno en Valencia. ¿Habrá aprendido la lección?